Quantcast
Channel: aragónliterario
Viewing all articles
Browse latest Browse all 36

Reconciliación

$
0
0

Reseña publicada en el Diario del AltoAragón, el domingo 15 de julio de 2012.
http://www.diariodelaltoaragon.es/SuplementosNoticiasDetalle.aspx?Sup=1&Id=7577 


Me había desencantado de la poesía. Aunque sería más exacto decir que me había saturado de poetas. De mala poesía y de malos poetas. De su efervescencia, su eclosión; su multiplicación como hongos, setas alucinógenas, caracoles después de la lluvia. Poetas de las redes sociales. Hiperactivos poetas de la pose sublime. Cursis y pelmas. Erotómanos, viejos verdes que pretenden ligarse a jovencitas. Jóvenes hipersensibles que se comen el mundo como el que se bebe un tequila: sal, trago y limón.
Pensaba que nunca volvería a leer poseía. Creo que incluso llegué a jurarlo. Pagaban justos por pecadores, lo sé, pero sus grupos y correos, sus invitaciones a recitales eran (y son) eliminados sin leer. La poesía convertida en spam. 
Y en esa renuncia llegó Sergio Grao. Y hojeé este libro con desgana, por encima, como se leen las revistas del hígado en la sala de espera del dentista. Y llegaron algunas imágenes en el primer poema “y un sexto sentido/que ha nacido inquieto”. Llegó, lo recuerdo bien, un poema que leí dos, tres veces: “Esta noche me he dado cuenta/ de que sigo estando vivo…” y poco después “Quiero viento nuevo/ mapa claro/ paso inquieto/ bautizo profano/ siete sentidos/ y cirugía moral.” Y en lugar de huir me fui, sin escalas, de Tokyo a Barcelona, y “las letras se tiñeron de azul marino”. Y de nuevo, asombrado, volví a releer y subrayar los poemas: “una vida nueva/ con la alevosía/ de un recién llegado/ y el desparpajo/ de un incauto”. Me encontré con la sinceridad sin pose. La complicada sencillez de la poesía. Su necesidad, su alivio, su dolor. Su autenticidad sin amaneramiento, ruido y borrachera. Y desde esa ciudad con mar llegué hasta Albalate (del Arzobispo) y allí me reencontré con la patria de la infancia. Con una niñez similar a la mía. Feliz coincidencia, mismas emociones, palabras compartidas: vacaciones, acequia, “tardes suaves y amarillas”; “los días de la bicicleta/ como un tomate secando en un cañizo/sudando inocencia”.
Y en sus versos sin artificio regresó todo lo que yo creía perdido. Volví a sentir la irracionalidad y la belleza; las ganas, el placer sin obligatoriedad. Y volví atrás, al principio; a ese Tokyo que fue “El ocaso y el amanecer de un millón de sueños”. Viaje y lugar, exotismo, verso metafórico, imagen, contraste; el gusto por la palabra y su juego, un “porvenir muerto” y una despedida sin dolor. Y volví a Barcelona dos, tres, cuatro, infinitas veces. Siempre sin fatiga. Siempre agradecido como “un niño boquiabierto”. Y encontré la sonrisa de un comienzo, el futuro intacto, todo porvenir. Y adiviné en ella el amor y el frío. Un nosotros roto y varias veces recompuesto; al final definitivamente imposible. Lo que se quería y dejó de ser. Y regresé a Albalate y su recuerdo. Tiempo irreductible, nombre propio, paisaje; “higuera que me vio crecer y un día alguien corto sin permiso”. Niñez “sin bajarnos de la nube”, “en un campo de ababoles”,y juventud primera, cuando “la vida a dos ruedas/ en una gasolinera/ sabe a veranos agrios/ a paladares inexpertos”
Tres lugares, tres partes y varias vidas. Y la reconciliación de un reencuentro, el mío, en los poemas de Sergio Grao.


Sergio Grao Palos. “Tokyo, Barcelona, Albalate”. 70 páginas. Editorial Comuniter. Zaragoza, 2012. 

Viewing all articles
Browse latest Browse all 36

Trending Articles